Mi cuerpo era tan
susceptible de
morir calcinado
por las olas del
sol,
mi alma pequeña,
tan de papel,
tan de risa,
tan de nada,
era tan propensa
a quemarse de la
emoción cuando
sonreias a mi lado.
Mi cuerpo vertiginoso
con lineas colapsadas
de sueños ajenos
no sonreia más que
por las mañanas,
o los dias en los que
hacía mucho frío.
Un día,
al atardecer atiné a
coger tu pálida mano:
me quemé.
susceptible de
morir calcinado
por las olas del
sol,
mi alma pequeña,
tan de papel,
tan de risa,
tan de nada,
era tan propensa
a quemarse de la
emoción cuando
sonreias a mi lado.
Mi cuerpo vertiginoso
con lineas colapsadas
de sueños ajenos
no sonreia más que
por las mañanas,
o los dias en los que
hacía mucho frío.
Un día,
al atardecer atiné a
coger tu pálida mano:
me quemé.