A los 18 años me volví ilusionista, eran tantas las mentiras que me rodeaban, y yo creaba tantas que a veces se hacían realidad, la gente se mareaba en un acueducto con largos hilos de misiones traviesas, largas travesías de sueños pasajeros (como un papel los escondí entre mis suaves secretos). A los 19 quiero ser tripulante de un navío angular, sonreír a los peces que veo desde mis entrañas aturdidas, quiero verles desde un charco entibiado con el agua de mi cálida marmita de pensamientos olvidados, (como peces, los escondí entre mis amagos de suave carencia) y cuando se ponga el sol, quiero desear que mis sonrisas se vuelen, a lugares inhóspitos, mis caricias se vuelen en los brazos de una muerte añeja, (guardaré mis días en un diálogo de desgracias, en una carpeta de pañitos manoseados). |
sábado, febrero 06, 2010
Escenas (La carpeta)
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